El Grupo Municipal socialista pide medidas urgentes para la seguridad de los peatones en la calle Isla de la Toja

La calle Isla de la Toja, en la urbanización Valdepastores, representa un serio peligro para los vecinos que viven en esa zona y que tienen que circular por ella. Habitualmente las aceras están invadidas por vehículos por lo que los vecinos en lugar de transitar por las aceras deben hacerlo por la calzada poniéndose en riesgo de sufrir accidentes.

La calle Isla de la Toja, en la urbanización Valdepastores, representa un serio peligro para los vecinos que viven en esa zona y que tienen que circular por ella. Habitualmente las aceras están invadidas por vehículos por lo que los vecinos en lugar de transitar por las aceras deben hacerlo por la calzada poniéndose en riesgo de sufrir accidentes.

Esta calle soporta un tráfico muy elevado ya que es el camino natural para acceder a los colegios José Bergamín y Virgen de Europa. El tránsito de autobuses escolares y vehículos es muy elevado sobre todo a la hora de entrada y salida de esos colegios. A esto se une el que muchas personas, que residen en zonas cercanas a los colegios y que acuden andando, se ven imposibilitadas para circular por las aceras y deben hacerlo por la calzada con el consiguiente riesgo de ser atropellados.

En reiteradas ocasiones hemos solicitado una solución definitiva para este problema ya que lo único que han hecho hasta ahora ha sido poner bolardos en un tramo de la calle lo que ha traído como consecuencia que en las zonas donde no hay bolardos aparquen más vehículos, manifiesta Pablo Nieto, portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte.

En caso de accidente las compañías de seguros podrían ampararse en que el peatón transitaba por la calzada en lugar de hacerlo por la acera, lo que dificultaría la obtención de posibles indemnizaciones.

Por ello hemos solicitado al equipo de gobierno que realice un estudio para encontrar una zona en la que instalar un aparcamiento que disuada a los vecinos de aparcar en las aceras y que al menos una acera esté habilitada para permitir que los peatones puedan transitar por ella sin poner en riesgo su seguridad y previniendo el riesgo de sufrir atropellos o accidente, concluye Pablo Nieto.