El Palacio del Infante Don Luis acoge la exposición fotográfica “El Viejo Circo” hasta el 30 de mayo

El Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Boadilla del Monte presenta mañana la Exposición Fotográfica “El Viejo Circo”, muestra singular que evoca la existencia de quienes protagonizaron y animaron las pistas circenses durante un periodo que abarca desde el ya lejano 1880 al más reciente año de 1925 y que estará ubicada en el Palacio del Infante Don Luis.

Con obras de la Fundación Minerva del Pintor Cesar F. Ardavín

El Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Boadilla del Monte presenta mañana la Exposición Fotográfica “El Viejo Circo”, muestra singular que evoca la existencia de quienes protagonizaron y animaron las pistas circenses durante un periodo que abarca desde el ya lejano 1880 al más reciente año de 1925 y que estará ubicada en el Palacio del Infante Don Luis.

De los liliputienses que integraron la trouppe de los “Colibris” y los primeros payasos a Charles Rivel y Pompof y Thedy, pasando por un sinfín de acróbatas, alambristas, trapecistas, malabaristas, transformistas, vocalistas y domadores o amaestradores, salen de su tumba para reaparecer en muchas ocasiones polivalentes de manera que sus puestas en escena y sus rostros nos permiten aventurarnos en la respectiva peripecia humana.

Todos se ponen en pie y sus figuras, a veces, nos mueven a una mueca de humor, nunca de burla, pues sabemos cuan perecederos son los gustos que imponen las modas.

La colección que se expone, compuesta de ochenta y cuatro ejemplares procede de la que inició William Parish, una parte de la cual conserva la Biblioteca Nacional en virtud del legado del pintor Cesar Fernández Ardavín quién la completó, siendo ésta presente parte de los fondos artísticos que la Fundación Minerva, en gestación, irá dando a conocer a través de la Casa Museo del que fue gran pintor madrileño en la Urbanización Montepríncipe de Boadilla del Monte.

Es pues éste, un envío cultural y un testimonio, pero hemos de advertir que no sólo se constituye una emocionante remembranza de quienes fueron estrellas en las pistas y en los escenarios, sino también un homenaje a los maestros fotógrafos que con su oficio, su arte en muchas ocasiones, hicieron posible el milagro de preservar con sus imágenes su memoria.